«Más que en cualquier otro lugar, Víctor Català está en este libro exquisito. Esta es su montaña, su tierra. La ermita de Santa Caterina a la que año tras año, rendidos ante un mundo tan constante, tan rural, tan absoluto, regresamos. Y el lugar del que siempre nos alejamos con la reconfortante sensación de que no es exactamente real. Sino que también es su halo, su voz imprescindible, su sombra. Nuestro Pedro Páramo». (Del prólogo de Lolita Bosch .)