Traducción y posfacio de Luisa Borovsky . La admiración de Henry James (lo llamaba genio elegante) y los elogios de Harold Bloom no impidieron que parte de la ficción de Turgueniev siga inaccesible para los lectores de lengua española. Prueba de su límpida prosa y de su extraordinario poder de observación es esta brillante historia que según Flaubert era una de las obras maestras del ruso.