Los libros de Ángel de Anleo , publicados todos los años en la misma fecha -14 de abril-, son como la aportación a una primavera reventada de esperanzas, llenándonos de verdes y de flores. Es como si los libros formaran el nombre de esa primavera en forma de Muérdago, de Mimosa, de Madroño, de Brezo, de Tréboles, de Amapolas, incluso de Tojo, el más verde de los verdes como alimento ancestral asturgalaico de las caballerías. Así, con estos nombres tan evocadores como hermosos, van apareciendo o están archivados en la memoria prodigiosa de Ángel de Anleo los aconteceres que impactaron a aquel niño, vivo testigo de aquellas fechas del 14 de abril de 1931, cuando sonaban los primeros himnos que proclamaban la República en España. Cuando a la sombra de las muchachas en flor comenzó a forjarse una juventud ilusionada, la juventud de la ilustración, bien pronto truncada por la herencia reaccionaria de la infamia.