La sucesión de situaciones extremas y delirantes protagonizadas por: un coatí amarillo con ataques de moralidad contradictoria; un pingüino ecologista cuya actividad preferida es leerle poemas de amor a un pato llamado Jean Christophe; un cous cous de Nueva Guinea proveedor de sustancias psicoactivas y recogepelotas ocasional; un rebaño de musarañas con el futuro de color morado; dos elefantes rabanoadictos; un erizo experto en documentación animal; una manada de perezosos con una debilidad enfermiza por las hojas de Cecropia; un varano de Comodo ciclotímico por culpa de una tortilla... convierten a este cómic en el elemento perfecto para combatir eso que algunos llaman aburrimiento.