Un muchacho de pueblo llamado a heredar el negocio familiar de elaboración artesana de dulces, que por la repentina muerte de su padre acaba estudiando en la Universidad y sacando las oposiciones a juez a muy corta edad. El juez Garzón le pidió que le buscara piso en Sevilla, fue alto cargo del Ministerio de Justicia en la primera legislatura de Aznar, tuvo que convivir a duras penas con el presidente manchego Bono en la Delegación del Gobierno en Toledo, ejecutó la orden de cierre de la verja de Gibraltar como delegado del Gobierno en Andalucía, se enfrentó con entereza a la pérdida de un hijo y está consagrado a su labor actual en el Ayuntamiento de Sevilla. Zoido, destino Sevilla recoge el perfil humano del político que no necesita de la política para vivir, que está en ella por vocación y pasión, que no responde al molde del político al uso. Las anécdotas, las revelaciones, los recuerdos, las espinas de la vida...Un relato eminentemente periodístico que trata de que el ciudadano conozca más y mejor la faceta personal de un dirigente público