TU BRUMA No confundas la noche con tu nocje, la bruma con tu bruma. Bebe tu soledad, camina por las altas conrnisas donde la angustia llueve a veces. Piénsate vencido. Noche y bruma, así, sin adjetivo, son otras. Otros cuerpos habitan sus dominios, no tu noche: ella jamás podrá dejar sus ruinas en el jardín ajeno, en el corazón algo turbio de los otros. No confundas la noche que vives con la noche. Es tuya solamente: antigua propiedad que odias a veces.