Mantener la memoria abre el debate sobre cómo una sociedad debe encarar el problema de las víctimas y su reconciliación. Mediante el uso de argumentos filosóficos, muchos de ellos de la mano de Walter Benjamin, presenta el ejemplo paradigmático de la experiencia judía -desde el Israel bíblico hasta el Holocausto- como muestra del imperativo de recordar y hacer memoria, para así extrapolar su discurso a la experiencia humana en general.