El siglo pasado agotó la estética de la confrontación absoluta y ahora los vínculos estéticos emergen como garantes de la paz y de la unidad. La estética está para convertir lo absoluto en lo meramente necesario y la confianza es condición y guía de ese proceso. Este libro muestra varios aspectos filosóficos, poco matizados en el pensamiento español, en los que se hace imperativa una estética de la confianza: la naturaleza, el sujeto, el inconsciente, y la verdad misma ocasionan una experiencia dual y escindida que exige confiada aceptación. Por otro lado, técnica y moral se concentran en el arte.