La arquitectura de la Edad Media se puede encontrar todavía en el corazón de muchas ciudades europeas. Los edificios medievales son objeto de una infatigable labor de conservación y lugar de visita obligada para gran número de turistas. Son verdaderas atracciones y, con frecuencia, también símbolo de las ciudades orgullosas de su largo pasado. Tanto bajo la forma de las grandes catedrales o de las numerosas iglesias de las órdenes mendicantes, como de los imponentes palacios urbanos o de los edificios más modestos de viviendas y funcionales, sirven como puentes a nuestra historia.