esde finales del siglo XX los cambios demográficos de las sociedades occidentales obligan a plantear cómo hacer frente a los efectos que estas evoluciones producirán en los sistemas de seguridad social y en los mercados de trabajo. La ciudadanía, está tomando conciencia de que el aumento de la esperanza de vida significa más años sin ningún otro estatus valorizado: el modelo clásico de la jubilación como descanso y retirada del mercado laboral está perdiendo su valor como recorrido de vida. Estos últimos años ha aparecido el término envejecimiento activo visto como una oportunidad para afrontar retos en vez de problemas. Por ello, el objetivo de este número es mostrar diversas y diferentes visiones de un concepto que no es homogéneo y que va más allá del empleo del tiempo de las personas mayores.