Una economía apta para el siglo XXI debe partir del dato de que la energía solar y la fotosíntesis son la base de la vida y la riqueza, y debe admitir que tierra fértil, bosques y caladeros son capital, capital natural, cuya degradación equivale a descapitalización y, por ende, a empobrecimiento y, en última instancia, hambre en un mundo superpoblado. Lester Brown maneja un volumen impresionante de datos obtenidos de las fuentes más fiables a través de los cuales ilustra la grave situación de deterioro ecológico en la que nos encontramos. En este texto se habla de los fundamentos ecológicos de la economía humana, de los flujos de materiales, energía y desechos que circulan por la actividad económica, así como de los graves riesgos de destrucción de la base natural de recursos que hace posible la vida humana civilizada. El eje central que articula el libro es la idea de que la combinación de un crecimiento demográfico desmedido, una agravación de los impactos de las técnicas sobre el medio natural y una aspiración generalizada no sólo a vencer el hambre y la miseria, sino también a aumentar el nivel de vida, supone un reto históricamente inédito. La combinación de estos tres factores, en efecto, pone en jaque, según el autor, la capacidad de la biosfera para sostener el creciente impacto cuantitativo y cualitativo de las actividades humanas. Es una señal angustiada de alarma, una más de las que se vienen lanzando desde hace más de 20 años. Pero Eco-economía no es sólo un diagnóstico y un grito de alarma. Es también un catálogo de posibles soluciones y de los adelantos que se vienen produciendo en la línea de la sostenibilidad ambiental. Su propuesta central es que debe reestructurarse la economía de manera que no sea el mercado el que dicte las prioridades, sino los principios de la ecología. Es un libro que contiene muchas claves para entender el presente y afrontar el futuro inmediato.