Normalmente los libros históricos no están escritos para ser leídos con la pasión de una novela, sino para consultarlos en la seguridad de que vamos a encontrar en ellos aquello que estamos buscando, aquel dato difícil de escudriñar o la cita exacta de un acontecimiento ocurri-do hace muchos años. En el caso de estos relatos anuales de Triana y su Velá, de estos anales a la manera sabia de Francisco de Ariño o Alonso Morgado, pacientemente recogidos por Ángel Vela Nieto, el interés de la lectura es tal que parece obedecer a la estructura de un relato al uso: presentación, nudo y desenlace, ya que estas notas históricas se suceden en los años desde 1280 hasta nuestros días, haciendo que nos sumerjamos en una trama de citas, fechas, nombres y sucesos notorios de este arrabal, totalmente desconocidos incluso para los propios trianeros, hilvanando una serie de emociones que nos acercan, con marcadísimo interés, al filo de nuestro tiempo más cercano.