Es necesario abandonar para siempre la noción de que a una elección política personal de derechas o de izquierdas corresponde una u otra concepción de lo que debe ser la enseñanza. Entre otros contenidos que hoy están progresivamente ausentes en la enseñanza, los relativos a otras culturas no deben sustituir a los de «la propia». Sólo los exámenes neutrales, objetivos y universales garantizan la igualdad de oportunidades educativas: la enseñanza es un derecho, pero a la titulación debe accederse mediante el mérito.