El regreso de Crisóstomo Ibarra a Manila tras cursar sus estudios en Europa y la posterior noticia de la ignominiosa muerte de su padre, víctima de una perversa confabulación, es el punto de partida de un ameno y vigoroso relato, heredero de la gran novela decimonónica, en el que caben intrigas e injusticias, héroes y villanos, filiaciones secretas y amores imposibles.