Es natural: cada cual se considera autor exclusivo de su actitud, de sus convicciones, de sus actos: de sí mismo: cada cual tiende a subestimar el papel del azar que, mediante encuentros imprevisibles, nos modela desde fuera. Pero un buen día, percibimos a nuestro alrededor una dispersa comitiva de personas y reconocemos en ella a algunas sin las cuales no seríamos lo que somos. Jean Daniel las llama los míos. (Del Prefacio de Milan Kundera.)