La acción discurre en el Madrid de los primeros años cuarenta, en esa zona marginal de la ciudad donde un enjambre de pequeños personajes convive en una mÃsera realidad presidida por el sexo, el hambre y el miedo. Los parroquianos del café de doña Rosa se retratan hablando y actuando, y ese nutrido colectivo adquiere categorÃa universal merced a los acelerados comentarios con los qu eel autor irrumpe en el desarrollo de esta obra maestra.