Solo me interesa una vida finita, inquietante y contingente, sinverdades absolutas, sagradas o incondicionales. Un escenario en constanteformación, transformación y deformación. Una vida creadorade un mosaico en el que las piezas no encajan, sin centro ni síntesis.En esta segunda entrega de sus Fragmentos filosóficos, el filósofo y escritorJoan-Carles Mèlich reflexiona a fondo sobre la condición contingente,incierta y finita del ser humano a partir de lo que denominauna filosofía literaria: una filosofía que recurre más a las imágenes y alas figuras de la ficción que a los conceptos y a las categorías de lametafísica. Se trata de un pensamiento de lo singular, del tiempo, delas situaciones y de las relaciones. Y es que hablar de la prosa significa?al decir de Milan Kundera? hablar del carácter concreto, cotidiano,corporal, de la vida.