Madrid. Noviembre de 1975. En plena agonía de Franco, el periodista Fernando del Corral descubre por azar el cadáver de Eduardo Romero. Su curiosidad le lleva a averiguar quién fue Romero y quienes sus asesinos y va destapando la descomposición final del régimen, las heridas no cerradas de la guerra civil, la miseria de la venganza política, la corrupción judicial, las redacciones de los periódicos de entonces y sobre todo el ambiente de Madrid y de la Barcelona en el otoño de 1975. Fernando del Corral es el símbolo de la curiosidad por el pasado y el futuro y el testigo activo de las experiencias vitales de quienes entonces tenían entre veinte y treinta años.