La vida de Lenin , muerto en 1924 a la edad de cincuenta y cuatro años, abarca dos períodos distintos. En primer lugar, veinte años de exilio que pasa soñando la revolución y forjando su instrumento: el partido bolchevique. En febrero de 1917, el sueño termina en un fracaso: la revolución rusa se hace sin él. Pero en octubre el movimiento revolucionario toma el rostro de Lenin, que se hace con el poder. Solo en cuatro años, durante los que consigue mantenerse contra toda una sociedad que le rechaza, edifica un estado todopoderoso, reconstruye el Imperio, crea el Partido mundial de la revolución e instala el comunismo en la Historia. ¿Cómo explicar, en un país que entonces tiene ciento cuarenta millones de habitantes, la conquista y luego la conservación del poder con la ayuda de un partido que no cuenta en principio más que con unos cuantos millares de miembros? ¿Cómo explicar la perennidad y la irradiación mundial del leninismo?. A pesar del balance terrible del régimen que instituyó -más de cien millones de muertos-, se impone una certeza: fue un genio político. Lenin fue el inventor de un sistema de poder sin equivalente en la Historia de este siglo .