El 1 de abril de 1959 se inauguró, en el paraje de Cuelgamuros, el Valle de los Caídos, un grandilocuente homenaje a cuantos, en palabras del caudillo, entregaron su vida por España. En el 50 aniversario del acontecimiento, J. M. Calleja ha escrito un libro en el que reconstruye aquella historia a partir de la recopilación de testimonios de presos, trabajadores y vecinos de la zona, todos relacionados con un monumento cuya construcción se prolongó por espacio de casi veinte años. La génesis del proyecto y el componente ideológico de un edificio convertido en símbolo visual de toda una época y cuyo futuro se cuestiona en la actualidad. Es un tema controvertido, de máxima actualidad, vinculado a la Ley de recuperación de la memoria histórica. Las opiniones del autor, habitual de los medios de comunicación, suscitan siempre la polémica.