Una actriz y tres actores, ya maduros o jóvenes, incluso bebés si se aprecia un destacado propósito para la escena, son los necesarios para interpretar cualquiera de estas siete micro-comedias en las que el humor y la sorpresa final siempre están presentes para que el espectador no olvide un momento mágico. Manolo Royo, una vez más, no deja de sorprendernos.