En“El elefante rosa”, lo abstracto es lógico, la locura es racional y las escenas evocan las pinturas negras de Goya o el cine de Buñuel. Dentro, en el cuadro, un hombre que huye es acogido en una casa por dos ancianas alcohólicas que se prestan a ayudarle. Todo tiene una apariencia real, pero el autor zigzaguea, va y viene en el juego del gato y el ratón, y como en la mayoría de sus obras el atractivo método de confusión y técnica literaria lleva a imaginar qué está ocurriendo afuera. El arte de la literatura jugando a escribir de un autor diferente.Ricard Reguant–Director de Teatro y Cine