En 1977 ya se habían restablecido las relaciones diplomáticas con México después de la muerte de Franco, lo que da una singular importancia a este programa con Octavio Paz , importancia seguramente hoy aún mayor al coincidir con su fallecimiento. Su temprano interés por la política -su abuelo fue consejero personal de Zapata- y la cultura le lleva a una amplia reflexión que desarrolla como ensayista y editor de las revistas Plural y Vuelta . Sus opiniones sobre las relaciones entre Méjico y España «Hay dos aspectos de mi tradición que me son profundamente desagradables: el centralismo de Madrid y el centralismo azteca», sobre el Estado «El gran criminal del siglo veinte es el Estado centralista», se engarzan con las estéticas «El surrealismo fue el último gran movimiento espiritual de Occidente», y las propias de un gran escritor «¡Ay de aquellos que no saben gramática!» y poeta. Uno de los hilos conductores del programa es su libro de poemas Pasado en claro, y finaliza con el último verso, recitado por Paz: «Soy la sombra que arrojan mis palabras». En 1990 obtuvo el Premio Nobel de Literatura .