Sin excluir a Fedro y a la Fontaine, los fabulistas se han resignado a repetir, con diversa y a veces afortunada retórica, las antiguas ficciones que los griegos atribuían a Esopo y que quizá fueron anteriores a él. No así Robert Louis Stevenson , que inventó moralidades y tramas. En una nota crítica sobre las Fables in Song (1874) de Lytton, había opinado que los elementos esenciales del género son lo onírico y lo moral. Hacia 1887 inició la escritura de sus fábulas ; la publicación de su conjunto fue póstuma (…) En la vasta obra de Stevenson este libro es un libro lateral, una breve y secreta obra maestra. Aquí también están su imaginación, su coraje y su gracia. Todas revelan una misma ética. El Hombre tiene que ser justo, aunque Dios no lo sea o aunque no exista Dios… (JORGE LUIS BORGES Y ALBERTO ALIFANO)