Concebida originalmente como guión para una película – solicitado a Vicente Huidobro por el cineasta rumano Nime Mizú–, Cagliostro manifiesta con claridad una herencia visual y sensorial, y su fantasma poético. Dice su autor:“He querido escribir sobre Cagliostro una novela visual. En ella la técnica, los acontecimientos elegidos, concurren hacia una forma realmente cinematográfica... Lo que le ha colgado mi fantasía es acaso menos que lo que él pudo hacer y tal vez que lo que él hizo y que nosotros ignoramos...”. Prólogo del cineasta Carlos Flores.