Todo lo que es tiene forma. Por su forma conocemos cada cosa. La forma es una constancia del ser inconsciente: la suya es una forma que se transforma. El hombre es ser proteico. La vida es un negocio personal; es un empeño en el que nadie puede reemplazar a nadie. Este recordatorio serÃa trivial , si la irreductible personalidad de lo bueno y de lo malo contrastase ahora con la agonÃa de Proteo. La enfermedad mortal de Proteo es la uniformidad. El bueno se distingue; también el malo. Ser humano es ser distinto. Nadie puede perderse por cuenta ajena. ¿Quién le arrebató al hombre el privilegio de la originalidad en el bien y el mal? No habrá sido el diablo, porque también el prospera en la variedad. El hombre uniformado, Proteo uniformado: todos están agonizando.