Tenemos con el pueblo judío, y aún más con esos descendientes de los sefardíes, una identidad común, una manera de entender la vida, la muerte y el más allá. Las fotografías de Sánchez Moreno han sabido recoger en este libro la esencia de una cultura milenaria. El recorrido de Sánchez Moreno nos permite volver a caminar por esas callejuelas empedradas, por esos intrincados espacios donde habitaban los judíos españoles, hoy en muchos casos silenciosos y vacíos, algunos de ellos incluso abandonados, de la antigua y maravillosa Sefarad, que nos obligan a refl exionar sobre lo que pudo ser y no fue; pero también a intentar comprender un precioso legado que forma parte de nuestra historia interior, de unas gentes que contribuyeron a enriquecer nuestra capacidad de conocer el mundo y que siguen ahí, al otro lado del Mediterráneo, como los mejores embajadores de España–Sefarad.