Seleccionar y prologar una antologÃa de poetas, es siempre camino arduo. Hay que moverse a tientas en un mare mágnum de textos y poetas. La costumbre de postular generaciones sea de grupos o tendencias estéticas o de tratar de encajar textos dentro de un movimiento determinado, ya no funciona. Lo que queda es una voluntad decidida de rescatar el lenguaje poético como un canon de verdad y de búsqueda en tiempo de crisis. Las antologÃas en general, y entre ellas Femenino Singular, siempre se han encontrado en las encrucijadas de tener que lidiar entre los poetas, el público lector y la academia. Es necesario y frecuente tener que responder a la pregunta ¿por qué una antologÃa más? Una antologÃa presenta siempre una evaluación, dictada por gustos personales, aceptación pública de los poetas, antes de que los historiadores de la literatura empiecen a formular teorÃas, trazar lÃneas, enunciar principios u obtener una terminologÃa adecuada. Es siempre refrescante leer a nuestros poetas sin parámetros determinados que los delimiten. Hay que leer simplemente por el placer de hacerlo. Las evaluaciones personales ya vendrán después.