Una princesita pide siempre las cosas de una forma muy autoritaria. Las personas mayores que tiene a su alrededor, poco a poco, la enseñan a pedirlas de forma educada. Un poco más tarde la princesita se encuentra con una suculenta comida de un monstruo y la coge. El monstruo le pide la comida de forma brusca y la niña le enseña a pedirla por favor y a darle las gracias después.