Una novela escrita con toda la maestrís de A. Rodríguez Fischer y que concecta perfectamente con ese público lector a las puertas del mundo adulto. Tres jóvenes en el verano de la incertidumbre (acabando sus estudios en el instituto) conocen a un tatuador de la vieja escuela, un hombre muy sabio que les introduce en un mundo de leyendas, historias y recuerdos en el que brilla, por encima de todo, el amor y la belleza.