Desde tomar un café hasta conseguir un libro, la vida cotidiana en Ereván a mediados de los años noventa es una aventura que Penélope encara con milagroso y singular ánimo. Darse una ducha caliente durante la recién estrenada independencia armenia puede convertirse en toda una gesta, algo tan complicado como lo era conseguir un visado o unos vaqueros en la extinta Unión Soviética.