Justo cuando las luciérnagas salen a jugar, mamá coneja llama a Rosy, Posy y Dozy para que entren en casa porque llega la noche. Primero les sirve una cena deliciosa. Después viene un baño caliente, quedando aún tiempo para acurrucarse y escuchar un cuento. Finalmente es la hora de acostarse. «Que tengáis dulces sueños toda la noche», susurra mamá coneja mientras apaga la luz. Los placeres de la vida ordinaria al final de un largo día de verano están todos aquí, mostrados con amables detalles en las excelentes ilustraciones de Lisa McCue. Este libro, lleno de acuarelas que brillan con el calor de una luz nocturna, es exactamente lo que los pequeños necesitan para llevarlos al país de los sueños