Gente extraordinaria y variada habita esta colección de cuentos. Algunos son gente real: Jeanne Duval, la musa desganada de Baudelaire, que nunca pidió que la llamaran la Venus Negra, atrapada en el hastÃo terminal de la pasión del poeta... Edgar Allan Poe, con cara de actor trágico, que demuestra en todo lo que hace y piensa cuánta razón tienen sus amigos cuando dicen que El hombre que bebe antes del desayuno no tiene remedio... Y Lizzie Borden, tendida en cama en una cálida noche de verano soñando con un parricidio... Otros personajes son completamente imaginarios, como la prostituta del siglo diecisiete que, a pesar de sà misma, se transforma entre los indios en una buena mujer, o la niña, criada por lobos, indiferente y extraña, que no tolera la compañÃa de los seres humanos. El prodigioso niño de las sartenes es un infante cocinero que aprende francés en libros de cocina, y en la obertura y música incidental para El Sueño de una Noche de Verano, examina la ambigua naturaleza del prÃncipe, que ha provocado tantos problemas entre Oberón y Titania. Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.