Titus Groan describe un mundo paralelo, el tridimensional castillo de Gormenghast, con una densidad de detalle casi paranoica. Pero la locura es ilusoria y todo es siempre deliberado. Es como un buen vino de fantasÃa enfriado por el intelecto hasta la temperatura exacta. No hay en verdad nada que se parezca en toda nuestra literatura en prosa. Es de una brillantez única y ya es considerado por muchos como un clásico moderno.