La leyenda artúrica sirve de soporte a una historia de aventuras y desventuras, de magias y desencantos. Al unirse en matrimonio a Yonet, caballero del rey Arturo, Elian tiene la oportunidad de vivir en la Corte y conocer a los héroes comprometidos con la tabla redonda, Arturo, Lanzarote, Ginebra, Perceval, Morgana, Merlín... desfilan por estas páginas que nos hablan de la búsqueda de perfección, del amor idealizado y de la persecución de un sueño. Desde niña Elian había sido muy curiosa y su curiosidad se transformó, con el tiempo, en verdadero interés por el conociemiento. Se acerca a Merlín, que la acoge como discipula y, cuando el gran mago desaparece, consigue ser aceptada en Avalon para continuar su preparación junto a la Dama del Lago. Una mirada femenina nos relata, al hilo de sus experiencias, su peculiar visión de los acontecimientos, de las personas, de las relaciones y de los rituales de la caballería. Situada en un marco tan lejano, esta narración refleja planteamientos vitales que trascienden los límites del tiempo y tienen resonancias en la actualidad.