Y a la hora novena Jesús clamó con gran voz, diciendo: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Y mientras se repartían las ropas de Jesús, echando suertes él dijo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen Y dirigiéndose al buen ladrón, Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso Y vio Jesús a su madre, que estaba junto al discípulo amado y le dijo: Mujer, he ahí a tu hijo Y dirigiéndose al discípulo, le dijo: He ahí tu madre Y sabiendo Jesús que ya estaba todo consumado, dijo, para que la escritura se cumpliese: Tengo sed Y por último, cuando Jesús hubo tomado el vinagre, le dijo: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu; todo se ha consumado