Ambientada en la Córdoba del siglo VIII, esta novela desarrolla una peculiar historia, ágilmente sazonada por la ambientación, la intriga y la emoción de las batallas. En ella se narran los avatares, conspiraciones y dificultades que tuvo que sortear Abdarramán I para crear y consolidar el emirato cordobés. Esta novela evoca una sociedad basada en el respeto y la tolerancia en un tiempo en el que el mosaico de las Tres Culturas -árabe, judía y cristiana- comenzó a gestarse en Córdoba.