Las historias que componen El río imitan en su multitud y en su longitud desigual la diversidad de los cursos que desembocan en una gran corriente. Por sus páginas desfilan aventureros, exploradores, bandidos, monjas, guerreros, mercaderes, piratas, campesinos, ermitaños, emperadores, mendigos, asesinos... hombres y mujeres, niños, viejos, gente con una vida azarosa, procedentes de todas las épocas. En este viaje que comienza en la remota prehistoria descendemos por las aguas del Tiempo y asistimos, en los escenarios más diversos, a batallas, naufragios, crímenes, actos heroicos, y mezquinos, revelaciones, que guardan su clave en detalles laterales, secundarios, casi invisibles.