Novela histórica. ¿Geográfica? Novela de humor, de aventuras, de espías. Retrato de una sociedad. Retrato de la Iglesia. Fantasía. Novela de amor. ¿ Qué pueden tener en común un monje navarro, un dominico de turbulento pasado, un bachiller afeminado y una muchacha tan valiente como ardiente? Fraile a la carta es disparatada en sus personajes, rigurosa en los acontecimientos, exquisita en sus paisajes y ágil en sus diálogos. Enrico Fortuño, un monje de Fitero perteneciente a una orden monástica residual y ortodoxa, nos llevará de la mano por la Navarra de 1808, en los capítulos previos a la invasión napoleónica y a la toma de Pamplona. Y lo hará con un gran despliegue de inventiva, con el mordaz humor de Mikel Alvira y en medio de una acción desbordada en la que se conjugarán intrigas y persecuciones. Si en la novela El Pirata Santiago Mediasuela llega a Xàtiva viajábamos por la geografía peninsular de la mano de un patético corsario y en la obra Crónica Breve; hierro, linaje y brujería nos transportábamos a través de la historia, en Fraile a la Carta descubrimos el toque del autor en las continuas ironías, la velocidad de la narración y la caracterización de los protagonistas, amén de una puesta en escena a medio camino entre la picaresca más ácida y la crítica más desatada.