En el cielo es una novela donde los relatos encajan unos en otros, que rompe con toda preocupación realista (el escenario del pico montañoso, sobre todo, raya el simbolismo) y manifiesta un desprecio total por las reglas convencionales de composición. El relato no obedece a un rígido orden lógico o cronológico, y acaba abruptamente, sin retorno al primer narrador. En el cielo expresa además una concepción preexistencialista de la condición humana, escéptica, en la que se siente la influencia de Pascal , un Pascal laico, claro está. El hombre, hierba rastrera, aparece perdido entre dos infinitos, en un universo sin pauta ni razón que, al no responder a su medida, lo condena a una vida absurda, a la angustia, la soledad y la incomunicación. A través de Lucien -un pintor al que atribuye obras de Van Gogh , especialmente La noche estrellada- Mirbeau expone la tragedia del artista. El artista exigente que ve el mundo con sus propios ojos en lugar de contentarse con la óptica académica o con producir para el mercado. Hombre abocado a correr eternamente tras un ideal que se le hurta una y otra vez porque los medios de que dispone, su cerebro y su mano culpable, jamás alcanzan la altura del ideal.