En esta, su obra primigenia, Erika (como llaman sus Amigos a la autora) hace entrega de una procesión de estrofas, cuyo denominador común es el amor. El amor a los suyos (padres, hijos, esposo sobre todo) es fuente de inspiración, de deseo, fantasía, ensoñación y sueño, delirio incesante… Planteamientos erótico-tanáticos (vida-muerte) formulados sin ambages, que traslucen tiempos, edades diversas de entrega… ósmosis, endósmosis, de su piel a la del ser amado, no sólo de fluídos, sino de satisfacciones constantes. «Desde mis Entrañas», no en el lomo del libro, sino en su interior, rebosante de Fe, donde lo vertiginoso de este tiempo fue relegando a rincones, casi inaccesibles de nuestro entendimiento; hay Esperanza, bendita esperanza de vida-amor, virtud que rezuma cada uno de los versos de Erika. YO QUERÍA SER CANTANTE… PERO ME QUEDÉ EN VERSO, ERIKA