El eje de esta novela es uno de los cuadros más conocidos y de los que más curiosidad despiertan de la historia de la pintura: La balsa de la Medusa de Théodore Gericault (1791-1824). El pintor se inspiró en el dramático naufragio de esta fragata, de la que sólo sobrevivieron quince personas tras diez horribles días en una balsa a la deriva. El pintor fascinado por este peisodio que conmocionó a la sociedad francesa, sobre todo por los insistentes rumores de motines a bordo, traiciones, asesinatos y canibalismo, decide recrearlo en una monumental pintura. Gericault consigue contactar con los supervivientes para que le cuenten con todo detalle lo sucedido y, gracias a su testimonio, plasma e un impresionante cuadro uno de los naufragios más angustiosos y célebres de la historia. Arabella Edge , plasma todo este proceso, pero además también refleja las dudas del pintor sobre si debe realizar la pintura, especialmente cuando las autoridades se afanan en ocultar sus aspectos más oscuros y sobre la legitimidad de hacer revivir a los protagonistas escenas que les llevan a enfrentarse con lo más crudo de su propia naturaleza humana. Una novela intensa escrita con inteligencia, dramatismo y una brillantez que nos recuerda otras obras como La joven de la perla de Tracy Chevalier o Capitán de mar y guerra de Patrick OBrian .