En el prólogo de esta edición anota Borges: «Los cuentos de Kafka tienen primacía sobre sus novelas: de ahí el derecho de afirmar que esta compilación de relatos nos da íntegramente la medida de tan singular escritor». La polémica sobre la autoría de esta traducción de Borges (atribuida en ocasiones a Margarita Nelken) añade morbo a esta edición del gran clásico de Kafka.