Gianni Rodari era un hombre generoso, que ha regalado a grandes y chicos cosas maravillosas y a mí, su amistad. Nos ha regalado sobre todo sus retahílas, sus relatos y sus cuentos que han traído sorpresas, sonrisas, descubrimientos y entretenimiento a tantos y tantos niños y padres de todo el mundo. Con la Gramática de la fantasía nos ha regalado las reglas de su arte. Un obsequio extraordinario que ni siquiera los artistas, artesanos y cocineros pueden ofrecernos. Y lo ha hecho para que los maestros de medio mundo pudieran enseñar a sus alumnos cómo se inventan, construyen, desarman los cuentos y cómo se disfrutan. Ha recorrido los confines del mundo para elegir las historias más bellas de tantos países y así ofrecer a los niños esta Biblioteca de los Cuentos , que debería presidir un lugar destacado en todos los hogares.