Si de contar lo propio y lo individual se hace historia, no hay duda de que Ignacio Carrión lo ha conseguido. A lo largo de más de cuatrenta años de anotaciones directas y precisas, con ánimo de trasladar lo subjetivo y personal, sus Diarios se han convertido, por una efecto de ironía y paradoja, en reflejo de la historia universal del hombre actual; este individuo, nacido en la mitad de una guerra cuvul, que transita por la segunda mitad del siglo XX y se enfrenta al cambio de milenio con la inmadurez y el desequilibrio de quien se sabe entrenándose a sí mismo, día a día, anotación por anotación.