Manuel Benavides y López-Escobar Éstas no son unas memorias al uso. En efecto, el autor de “Mi vida con Guzmán” ha logrado, en su relato, romper los moldes del género al sustituir el monólogo autobiográfico tradicional por un originalísimo diálogo entre el autor y otro personaje –Guzmán, su ángel guardián– cuyos comentarios y precisiones aportan una inesperada dimensión de ironía, de autocrítica y –lo que el lector más agradece– de un extraordinario sentido del humor, no por angélico menos descarado e imprevisible.