Todo gran viaje comienza por el primer paso . Este sabio aforismo atribuido a Confucio se aplica de manera ejemplar al viaje que Jorge Sánchez emprendió en su adolescencia: durante dos años recorrió diez países de Europa Occidental experimentando todo tipo de aventuras y conocimientos que, años más tarde, le servirían para visitar la totalidad de los países reconocidos por la ONU. El relato de Jorge describe la atmósfera de aquellos tiempos únicos tras el Mayo del 68 en París y el movimiento hippy, que inspirarían a muchos jóvenes a abandonarlo todo para viajar a la India o a dar la vuelta al mundo con la esperanza de hallar su puesto en la vida. Jorge viajó en autostop, trabajó de mozo de maletas en un hotel de Bruselas, de mecánico dentista en París, o vendiendo queso con un triciclo por los mercados italianos... Y así, poco a poco, experimentó las técnicas del arte del buen viajar, aun a fuerza de tropezones. Pero también aprende idiomas y el valor de las gentes para encontrar su camino o vocación en la vida: Viajar.