La escalada aterrizó en la isla en 1989, justo en la que se considera la escuela reina: Buda. Desde entonces, el panorama ha cambiado mucho: se han asentado zonas de escalada y se han creado otras nuevas en una continua búsqueda por encontrar mejores paredes. El resultado se puede apreciar en esta guía, que recoge las doce escuelas de escalada deportiva que se reparten por la isla. Casi 400 vías equipadas por todo tipo de terrenos, que van desde placas de pura caliza gris a las blanquecinas y agujereadas, los desplomes de presa agradecida, pasando por las chorreras y aéreos techos, vías de varios largos, cortas, técnicas y una amplia gama de dificultades apta para todos los públicos.