En NO SABER , Alemán da rienda suelta a su pasión por la escritura. ¿Quién sabe? Quizás incite al lector a un acto de valentía enfrentándole a aquello que prefiere NO SABER, o simplemente nos manifieste la impotencia de su sabiduría, ¿de la sabiduría en general en cualquiera de todas sus formas? A nuestro modo de ver, la humildad o la postura de quien se dice “uno que no sabe” después de treinta años cultivando un pensamiento a través del psicoanálisis y la filosofía –defendido en notables ensayos y vehementes conferencias otorga al autor el suficiente crédito como para que podamos considerar estos XXXIII poemas sus versos sacros. Eso sí, en su versión más callejera y mundana. Viejos y nuevos lectores, marineros de agua dulce o piratas con trayectoria, quedáis invitados a surcar las aguas del NO SABER.