Una obra de juventud en la que el autor rinde homenaje a la novela de aventuras. El capitán Kerrigan viaja en una extraña misión a la Antártida, acompañado por hombres de letras y científicos. Una historia que recuerda a Joseph Conrad, con enigmas dignos de Arthur Connan Doyle, y que posee un tono preciso y pausado, que se abre paso en el torbellino narrativo.